Francisco José Garrido reside en Castilblanco, aunque nació en la Macarena y es hermano del Gran Poder. Con su primera novela, «La Cruz del Jaguar», pretende revolucionar nuestra tradicional visión del Descubrimiento, al tiempo que recorre cinco épocas fascinantes de la ciudad. El próximo 9 de abril, la presenta en la librería Botica de Lectores

Es uno de los títulos más comentados de la Cuaresma, y no por casualidad. Desde hace semanas, el actor salmantino Camilo García, responsable de doblar a estrellas del celuloide como Anthony Hopkins, Christopher Lee o Harrison Ford, lo pronuncia cada noche, de manera grave y personalísima, en el programa líder de la radio pública andaluza, El Llamador. De ahí que, aún sin conocer su argumento, muchos sevillanos identifiquen La Cruz del Jaguar con el misterio, la aventura y, por supuesto, la Semana Santa. Y lo cierto es que no les falta razón, pues la ópera prima de Francisco José Garrido, publicada por Punto Rojo Libros, cuenta con cuatrocientas cincuenta páginas repletas de intriga, acción y, sobre todo, erudición histórica; lo que la convierte en un producto local de calidad, en la línea de autores como Ken Follet, Philipp Vanderberg o Matilde Asensi. ¿Y en qué consiste este fenómeno literario al que la voz de Hannibal Lecter nos invita a leer desde las ondas radiofónicas? El propio autor nos da las respuestas.

Gracias por atendernos, Francisco José. En primer lugar, nos gustaría saber a qué te dedicas y de dónde surge tu vocación por las letras.

Gracias a vosotros por darme esta oportunidad. Pues lo cierto es que me dedico a la publicidad y el diseño gráfico, fundamentalmente como freelance, así como a la fotografía escolar. Por tanto, mi relación con las letras surge como una vertiente nueva de mis muchas inquietudes. Yo me considero una persona creativa —en mi trabajo es fundamental serlo— y lo de escribir sería una especie de reto. He de confesar que antes de La Cruz del Jaguar yo no había escrito ni publicado nada, a excepción de algún eslogan publicitario. Ese era mi temor. De ahí que mi mujer me animase a culminar una idea que rondaba por mi cabeza y para la que incluso tenía estructura. ¡Y aquí me ves! Lo que sí puedo asegurar, sin ningún género de dudas, es que he ido aprendiendo a medida que iba trabajando, como cuando te pones a hacer deporte. Los primeros días te cuesta mucho esfuerzo, e incluso sufres agujetas, pero a base de entrenar y practicar vas obteniendo réditos.

Lo primero que llama la atención de la novela es el título. Potente y original a la vez. ¿A qué se debe?

La ‘cruz’ es el símbolo que rige nuestra cultura en general, y la de Sevilla en particular. El objeto o mcguffin que debía hilvanar toda la trama, que por cierto se desarrolla en cinco épocas o espacios temporales distintos. Y lo del ‘jaguar’ remite a la primera de las historias, la de Alonso Sánchez ‘el Prenauta’, navegante onubense que, según algunas teorías, pudo informar a Cristóbal Colón de la existencia de nuevos territorios más allá del Atlántico, antes de su viaje de 1492. Un personaje que, como hemos de suponer, entraría en relación con los indígenas caribes por puro azar, descubriendo, entre otras cosas, sus deidades ancestrales. Como es el caso de este felino, común a todas las culturas precolombinas. De este modo, tanto la cruz como el jaguar me permitían establecer un viaje de ida y vuelta entre ambos continentes. Un feedback o intercambio cultural, antropológico y religioso entre Europa y América, cuyo mejor exponente es el Papa Francisco, el fruto maduro de un complejo proceso de evangelización.

La Cruz del Jaguar es, en apariencia, una novela histórica, pero los lectores que se acerquen a sus páginas descubrirán otros géneros como el thriller y la novela negra. ¿Son estas tus lecturas predilectas?

En realidad yo no tengo lecturas predilectas. Más bien leo todo lo que cae en mis manos o me recomienda mi mujer, que es una gran lectora y asidua al club de lectura de nuestro pueblo, Castilblanco de los Arroyos. Sí tengo un gran aprecio por los autores que leí en mi infancia, como Alejandro Dumas y Julio Verne, básicamente historias de aventuras. Algo que he querido homenajear en el personaje del bachiller Francisco de Mendoza, uno de los protagonistas del libro. Además hay guiños a Forsyth, Defoe, Cervantes o la picaresca de Mateo Alemán. Y es a partir de estos últimos donde comienzan a tomar valor las conexiones con la historia de la ciudad y su Semana Santa, una parte fundamental de La Cruz del Jaguar. Por citar solo un ejemplo: el propio Mateo Alemán llegó a ser Hermano Mayor de la cofradía del Silencio, e incluso redactó sus Reglas. Y Francisco Pacheco, otra figura fundamental, ilustró las páginas de las mismas.

La novela se desarrolla en cinco épocas y lugares distintos. ¿Cómo ha sido el proceso de documentación?

Por mi actividad profesional dispongo de mucho tiempo libre en verano. Algo a lo que se suma el cuidar de un familiar dependiente. Esto dio pie a que durante años le fuese dando forma a la estructura de la novela. Como anécdota, he de decir que muchos de los personajes de las dos tramas contemporáneas —1973 y 2013— están basados en personas reales, como mi hermano o mi tío, lo cual me facilitó el trabajo. En cuanto a la documentación histórica, esta ha sido el resultado de muchas horas sumergido en la red, innumerables visitas a la biblioteca, y, sobre todo, una gran paciencia a la hora de contrastar datos. Asimismo, he tenido la suerte de contar con el asesoramiento de una historiadora del arte que reside en Castilblanco, y a la que, como recompensa, he homenajeado en las páginas del libro.

Entre los personajes históricos despunta el capitán Gómez Suárez de Figueroa, más conocido como el Inca Garcilaso de la Vega. Una figura muy interesante, pero poco conocida. ¿Por qué lo has elegido a él precisamente?

La explicación tiene que ver con el mencionado ‘Prenauta’, figura legendaria a la que nadie consigue ponerle nombre, hasta la llegada de este escritor. Esta revelación tiene lugar con la publicación de sus Comentarios Reales de los Incas, un libro que versa sobre la historia, costumbres y tradiciones del Antiguo Perú, y una de las obras más importantes del período colonial. Si atendemos a sus páginas, publicadas en Lisboa en 1609, veremos escrito por primera vez el nombre de Alonso Sánchez de Huelva, a quien sin duda el Inca Garcilaso le otorgó credibilidad gracias a sus dotes como historiador.

En la galería de personajes también se menciona a Juan de Mal Lara, Arias Montano, Fernando de Herrera o Argote de Molina, nombres fundamentales para la historia de Sevilla y de España…

A la Sevilla del siglo XVI, que fuese la nueva Roma o una metrópoli equivalente a la actual Nueva York, no se le está dando la importancia que merece. En ese momento era el centro del mundo, por lo que atrajo a los principales artistas e intelectuales, y por supuesto fue el crisol de humanistas tan importantes como los que citas. En mi opinión, habría que reivindicar más la periferia cultural y no prestar tanta atención al centralismo. Asimismo, respetando el gusto actual por la literatura de ficción —a menudo cargada de dragones y anillos—, deberíamos hacer hincapié en el importante patrimonio cultural que poseemos, no solo en Sevilla, sino en toda España.

Sin entrar en spoilers, háblanos de tu fascinación por don Fadrique Enríquez de Ribera, y el por qué representa uno de los pilares del argumento.

No hay que moverse demasiado por la ciudad para comprobar la importancia que los Ribera tuvieron y los grandes proyectos que emprendieron. Comenzando por el antiguo Hospital de las Cinco Llagas —hoy sede del Parlamento de Andalucía—, que en su momento fue uno de los edificios más grandes del mundo, y continuando con la Casa de Pilatos, una de las joyas del Renacimiento. Aunque, para mí, lo realmente llamativo de Fadrique Enríquez de Ribera fue su peregrinación a Tierra Santa, un viaje sumamente peligroso realizado en una época compleja (la amenaza del turco era más que evidente), que, sin embargo, va a suponer el germen de nuestra actual Semana Santa. No olvidemos que el Vía Crucis que instituye a la Cruz del Campo en 1521 es el antecedente más directo de la celebración religiosa. Asimismo, en La Cruz del Jaguar conoceremos a un hermano de La Salle, Nectario María, muy relacionado con el secreto que se narra…

Mi relación con el colegio La Purísima es muy estrecha, pues tuve la suerte de estudiar en sus aulas. E incluso pude conocer a este hermano que fuese agregado de la embajada de Venezuela, y que vino a Sevilla a investigar sobre los orígenes de la orden. Él pasaba largas temporadas enfrascado entre legajos del Archivo de Indias, y aun me parece estar viéndolo pasear por los pasillos del centro, con su hábito religioso. En su país, Nectario es una eminencia, de ahí que no dudase en incluirlo en La Cruz del Jaguar.

¿Cuáles son tus vínculos actuales con la Semana Santa, la cual tiene un enorme protagonismo en la novela?

Para empezar, yo nací en la Macarena, y luego me hice hermano del Gran Poder. De ahí que ambas hermandades estén presentes en el libro. Ambos Titulares son la máxima representación religiosa de la ciudad, y no cabe duda de su importancia. Y es que, en mi humilde opinión, la Semana Santa posee la energía de un agujero negro que, a poco que te acerques, te atrae y te atrapa. Nadie puede abstraerse a eso, de ahí que fuese inevitable tratarla en una novela sobre Sevilla.

Por cierto que la novela se presenta el próximo día 9 de abril, a las siete de la tarde.

Así es. El acto tendrá lugar en la librería Botica de Lectores, en la calle Asunción, y es de entrada libre. Ese día hablaremos de la obra y firmaré ejemplares a todo aquel que lo desee. Asimismo, quien quiera conocer más detalles sobre el libro o ver el booktrailer, puede visitar la web: www.lacruzdeljaguar.es.

Muchas gracias y buena suerte.

Gracias a vosotros.